La crisis financiera y flujos de capital privado a los países de bajos ingresos: experiencias recientes
Por Nils Bhinda y Matthew Martin
Esta publicación está basada sobre l'excelente análisis llevado a cabo por los grupos nacional de trabajo en los países participando al programa en Africa et América Latina.
Confirma las conclusiones anteriores revelando que los montos que han estado recibiendo los países son pequeños en términos de los flujos mundiales, son muy importantes en comparación con sus economías, mas diversificados por país de origen by source country (especialmente en el Sur), y muestran la misma volatilidad que en los mercados emergentes más grandes. También cabe resaltar que los inversores muestran una predisposición a incrementar futuras inversiones, inclusive en países considerados relativamente con riesgos, habiendose inicialmente sobrepuesto a las percepciones negativas del momento y conseguido un nivel alto de beneficios en sus inversions.
Se lleva a cabo un seguimiento más detallado de los efectos del capital privado extranjero en los países de bajos ingresos africanos y latinoamericanos, y se demuestra por qué, si el análisis realizado por los propios países se hubiera comprendido de manera más generalizada, la comunidad internacional podría haber reaccionado con mayor rapidez y evitado que las repercusiones de la crisis financiera mundial fueran tan perniciosas. Llevanda a cabo un seguimiento más detallado de los efectos del capital privado extranjero en los países de bajos ingresos africanos y latinoamericanos, esta publicacióndemuestra por qué, si el análisis realizado por los propios países se hubiera comprendido de manera más generalizada, la comunidad internacional podría haber reaccionado con mayor rapidez y evitado que las repercusiones de la crisis financiera mundial fueran tan perniciosas
Ello también por tanto,plantea una clara advertencia sobre la suposición de que los flujos privados sean automática o suficientemente positivos para el desarrollo. En primer lugar, en términos de estabilidad. Los Capítulos 2 y 3 detectan que antes de la crisis todos los flujos privados tenían un algo grado de volatilidad (incluida la IED, que es supuestamente "más estable"): incluso la asistencia es menos volátil y más previsible en la mayoría de los países. La crisis ha subrayado que los flujos privados no son una fuente de financiamiento estable ni previsible
En segundo término, el Capítulo 3 pone énfasis en el elevado grado de financiamiento de la deuda que se utiliza para lo que los organismos de promoción de la inversión y los analistas internacionales aparentemente consideran proyectos "de capital". Ello subraya el alto riesgo de deuda que genera el capital privado extranjero, que debe ser seguido de cerca por la comunidad internacional para evitar futuras crisis de deuda privada. También hace que los países se tornen vulnerables a las caídas del CPE cuando las crisis afectan los préstamos.
Tercero, el Capítulo 4 sobre casos sectoriales específicos en los países demuestra que muchos de los "sectores de auge" de la IED no ofrecen, ni incluso lo hacían antes de la crisis, beneficios sostenibles para el crecimiento y la lucha contra la pobreza en términos de empleo, ingreso presupuestario y transferencia de tecnología y capacidades. También demuestra la volatilidad de los sectores de auge, que exceden por lejos la vulnerabilidad de los productos básicos debido a los estrechos vínculos con los ciclos de apogeo y caída sectorial en los países de origen y en los mercados mundiales.
Cuarto, los inversores comprenden que los avances en el cumplimiento de los ODM son esenciales para sus operaciones, pues aumentan las capacidades laborales, reducen la prevalencia de enfermedades, contemplan un mayor aporte de insumos locales y combaten el cambio climático y otras formas de deterioro ambiental. Pero la mayoría de ellos no hacen el más mínimo esfuerzo, ni siquiera mediante el pago de sus impuestos, como para que el gobierno pueda aumentar el gasto en el cumplimiento de los ODM, y tampoco (como se indica en el Capítulo 5) aportan sus propios fondos al logro de tales objetivos.
Quinto, a pesar de las importantes mejoras en términos de seguimiento, análisis y formulación de políticas que se presentan en el Capítulo 6, hay varios países que aún no tienen un conocimiento claro de lo que sucede con los flujos, o de la manera de formular políticas, como las analizadas en el Capítulo 7, para maximizar su contribución al desarrollo. Por ello, continúan siendo sumamente vulnerables a las crisis futuras.